Thursday, August 30, 2007

Maestría psiónica

Había una calma sobrenatural.

Por momentos pensaban que se debía a su presencia sobre las calurosas planicies, pero el Thri-Kreen sabía mejor que nadie que algo estaba fuera de lugar.

Se adelantó un par de pasos de su manada , mientras el Mul sostenía con fuerza sus armas, apretando hasta que los nudillos se volvieron blancos como las llanuras de sal, quizá presintiendo inconscientemente lo que vendría. Silven y Xandu bastantes más pequeños miraban con curiosidad a sus dos enormes compañeros buscando una señal de tranquilidad en sus rostros, mientras ponían la máxima atención a su entorno.

Dando un gran salto el Cazador insectoide empezó a buscar las señales a su alrededor. Las piedras adelante suyo parecían el lugar perfecto para una emboscada, sin embargo los Giths eran muy caóticos como para permanecer en silencio por tanto tiempo. De ser así ya habrían salido hace rato de sus escondrijos. El calor era brutal igual que siempre, el viento soplaba apenas debilmente desde dirección Nor-Este. No había otro sonido más fuera del de sus propios pasos vacilantes sobre la arena y piedra y eso era lo que le inquietaba.

Se disponía a proponer rodear el lugar sólo como precaución, cuando los rostros asombrados de sus compañeros le delataron que ya era muy tarde para tales consideraciones. Saliendo desde una de las piedras vió primero las grandes antenas sobresaliendo, y luego el maciso cuerpo insectoide de la enorme criatura; el primer Gaj que había visto desde tan cerca

Sus ojos parecían estar observando todo a su alrededor , denotando una leve señal de inteligencia en su mirada, su fuerte caparazón creaba un sonido intimidante ante cada paso y sus mandíbulas se cerraban y abrían constantemente en una actitud agresiva.

Levantaron armas y se movieron un par de metros, ya acostumbrados a este tipo de situaciones, buscando los puntos débiles de la criatura y formándose de tal forma de hacer lo más eficiente posible su formación de batalla. El Mul se puso adelante de sus compañeros, retando con su mirada y un enorme grito de batalla que amenazaba con romper los oídos de sus compañeros, a la enorme criatura que lentamente se aproximaba al furioso y determinado guerrero. La luz del sol se reflejó momentaneamente en la hoja de hierro de su afilada arma, y sirvió como preludio del caos que se desataría de un momento a otro.

Xandu y Aion sintieron en su cercanía las oscilaciones propias del sendero, un mar de pensamientos y voluntad que surgía desde las antenas de la criatura. Una presencia quizás más poderosa que los cientos de kilo de quitina que amenazadoramente empezaban a erguirse sobre la poderosa forma de Atlalak. Poco a poco empezaron a focalizar su voluntad, mientras Silven impasible colocaba una tras otra flecha en su arco, empezando a calcular las corrientes de aire y buscando los lugares más débiles en los cuales descargar su lluvia de muerte.

Un Remolino de Polvo se alzó entre el Gaj y su poderoso guerrero. Lo habían visto antes enfrentarse a criaturas capaces de destajar de un solo golpe a cualquier ser normal, decenas de veces habían sentido el poder de sus impactos como el trueno, golpeando sin piedad al enemigo.Por todo esto confiaron ciegamente en que una vez que se disipara el polvo verían su rostro triunfante sobre un sangrante y derrotado Gaj.


Estaban equivocados.


Las partículas cayeron lentamente, mientras sus corazones expectantes resonaban tan fuerte como los tambores Halflings de las montañas resonantes. Atlalak tenía la mirada perdida, ausente en un caos interior que los usuarios del sendero tan sólo empezaban a sospechar. Flechas rebotaron inertemente en el caparazón del Gaj, y en esa mínima fracción de tiempo Silven ya comenzaba a cargar el caos que dejaría caer sobre la gigantesca criatura.

Estaban tan focalizados en el Gaj, que apenas si pudieron reaccionar a la carga asesina de Atlalak quien con toda la rabia posible cambió de objetivo dándole la espalda al Gaj, y atacando sin piedad a Silven. Tanto el Thri-Kreen como Xandu se dieron cuenta de que algo había ido terriblemente mal, y en un acto de desesperación Xandu se lanzó sobre su compañero Halfling, focalizando todos y cada uno de sus pensamientos en el lugar en el que habían estado unos minutos atrás, teletransportándose instantáneamente con el uso del Sendero.

Friday, August 24, 2007


Tyr era un mar de gente.









Refugiados provenientes de diferentes partes de Athas inundaban cada recoveco, cada esquina, cada lugar. Algunos como Xandu el Pterran de la tribu de los Colmillos Largos, venían de lugares muy distantes, intentando descubrir el origen de los terremotos de la faz de Athas, que parecían un grito de ayuda provenientes desde las entrañas mismas del planeta.

Unos días más sus compañeros de viaje no vivirían para contarlo. Aprendería la primera lección de las ciudades: Algunos callejones son tan peligrosos como la guarida de un destajador de las dunas..

Unos días más tarde, en la misma ciudad, comprobaría otra de las ironías universales: Algunas veces los cazadores se convertían en los cazados.


Mientras tanto Silven y Atlalak recorrieron las calles, cada uno rememorando el pasado de diferente forma y buscando quizás una forma de continuar el viaje a las montañas resonantes, esperando cada uno en sus adentros, que el largo y dificil viaje resultara recompensando sus esfuerzos

Después de atravesar multitudes que se protegían como podían del calor y de la muerte que por hacinamiento ultimamente golpeaba a la ciudad emblema de la libertad, llegaron a lo que era la casa de un conocido humano de Silven que ahora no era más que polvo.

Sólo su hijo sobrevivía, y luego de intercambiar noticias varias con el hijo del hombre que Silven había conocido en vida años atrás, el halfling y el mul continuaron con la esperanza de que algunos de los multiples mercaderes viniendo desde otras ciudades

La multitud parecía no hacer otra cosa que aumentar, y por su lado los nobles junto a los gobernantes se reunían con libertades de espacio que no estaban reservadas para el común de los tyrianos. Silven y Atlalak no se rindieron en su búsqueda de trabajo y poco tiempo después el destino les sonreiría muy brevemente.

En uno de los multiples "no" que les habían dado los diferentes mercaderes, un pterran deseoso de vengar a sus hermanos muertos brutalmente a la mano de elfos que sólo querían las malditas piezas de cerámica, escuchó la conversación. Había encontrado finalmente a los que le ayudarían a darles una lección a los elfos.

Unos días más tarde y tras una investigación que no fue muy dificil de realizar dieron con parte de los Dagas Negras.

La venganza fué rapida.

Mientras revisaban los despojos de los caidos, una bolsa de monedas cayó desde un tejado. Un hombre envuelto en sombras les ofrecía trabajo si estaban dispuestos a mantener la boca cerrada. Tendrían un día para decidir y si no aceptaban nunca más volverían a saber de el.


Volviendo a la posada invitaron al Pterran a unírseles, después de todo el junto a su amigo Semi-Gigante se habían mostrado más que capaces en la emboscada tendida a los elfos de las Dagas negras.

Se encontraban solos, más que con la presencia del monje y el joven que había llegado brindando portentos sobre lo que sería su futuro , y desde ese instante sus pensamientos parecían haberse vuelto erráticos. Roth había desaparecido sin mayor explicaciones buscando seguramente respuestas a una venganza inconclusa, y el druida sencillamente no había podido soportar las multitudes que abarrotaban cada centímetro cuadrado de Tyr

Al despertar al día siguiente reaparecería el hombre que parecía cargar sobre los hombros el peso de todo el mundo.La enigmática figura que seguía los pasos del monje y quien predecía un gran futuro si es que se daban las condiciones en el momento preciso. Algo parecía no andar bien dada la expresión de su rostro, y en un toque y una gran maestría del sendero desaparecío con el monje y el muchacho como si nunca se hubiesen encontrado ahí en primer lugar...
Algo en el sendero les había hecho olvidar, y en los momentos siguientes solo tendrían recuerdos vagos que con mucho esfuerzo volvían a sus mentes. Por esta razón fueron algo confundidos y siguieron a los guardias del cliente misterioso que había solicitado sus servicios como mercenarios.

Conducidos al Emporio de la Casa M'ke en Tyr, fueron escoltados en kanks en dirección a una hacienda bien protegida a una media hora de la ciudad. Dentro de la opulencia de la enorme mansión los guardías los dejaron en una enorme habitación repleta de vegetación como nunca habían visto en el que los esperaba una mujer de finas curvas, acompañada de un asesor extremadamente anciano.

La situación era sencilla.Aparentemente el primogénito de la casa había desaparecido cuatro días antes, llevandose algo de riquezas con el y escapando por completo. No hubo más detalles que eso, y gran parte de la búsqueda que se les encargaba demandaba que no hicieran preguntas, por eso mismo se les ofreció una jugosa recompensa si lo traían vivo o muerto, con el correspondiente extra en caso de que pudiesen traerlo con vida. Sea lo que fuese que estuviera haciendo y por lo que buscaban al muchacho, debía de ser algo muy importante para la casa,dadas las precauciones y fortunas que parecían estar gastando para traerlo de vuelta.

No necesitaban ser genios para darse cuenta de que en realidad querían alejar por completo a los empleados y gente relacionada con la casa M'ke sobre lo que se estaba haciendo. Su elección como viajantes venidos de fuera de la ciudad tampoco había sido casualidad.

La única pista que tuvieron fue la que obtuvo un maestro del sendero, quien había descrito el ver un gran lagarto muerto en descomposición sobre una roca. Eso era todo lo que había sacado en claro sobre la localización del muchacho, quien a todas luces debía de haber contratado algunos mercenarios, pues de lo contrario no tendría ninguna chance en los aridos terrenos.



Sin mucho tiempo para deliberar y pensando en adelantado en la jugosa recompensa, aceptaron sin chistar la misión y se dispusieron a emprender viaje hacia el norte, donde a todas luces debía de haber escapado con mayores probabilidades. A un lugar completamente alejado de la civilización.


Los obstáculos en el camino fueron varios, y sumaron a un Thri-Kreen quien los salvó a tiempo de unas bestías que sin su ayuda habrían creado mucho daño a la compañia. El Thri-Kreen aparentemente había perdido a sus compañeros de enjambre, y rapidamente lso tomó como suyos, guíando y protegiendo a traves de los inhóspitos pedragales yermos.

Finalmente se encontrarían con una poderosa bestia temida en todos los rincones de Athas; un gaj, con el cual seguiría una batalla que desde los primeros segundos amenazó con tomar la vida de todos luego de que la criatura tomara el control mental del aguerrido guerrero mul Atlalak, quien durante varios minutos sería un esbirro al servicio de la terrible criatura.

Sólo el poder espacio-temporal de Xandu, quien tenía a su servicio un gran dominio sobre el sendero y doblar las leyes de la física para su antojo, les permitió escapar. No sin que antes el Mul cayera inconsciente, luego de que en una titánica maestría psiónica, el Thri-Kreen usara su telekinesis para dejar al guerrero mul varios metros sobre el suelo, evitando que causara más daño y dejándolo caer, completamente desprovisto de armaduras y armamentos después de que momentos atrás el Gaj percibiendo inminente peligro lo obligara a lanzar muy lejos todo su equipamiento, haciendo su voluntad como si el mul no fuese más que un muñeco de trapo.

Minutos más tarde sería Silven el dominado y en el Refugio de la bestia, sólo con mucho cuidado pudo escapar milagrosamente a las garras de la criatura, luego de que esta absorbiera todos sus pensamientos y recuerdos. Una gran sensación de temor invadió al halfling mientras corría desesperadametne por su vida, sabiendo que ahora la criatura además de todas sus ventajas conocía sus más profundos secretos.

Solo el tiempo dirá si la compañía será devorada por la enorme bestia, o si saldrán triunfantes luego de escapar como una tribu de atemorizados elfos..

Thursday, May 03, 2007

Tyr .

Año de La Furia del Desierto según el Calendario de los Reyes.


Entre el caos de mercaderes y los usuales griteríos de ambos lados de la calle, mientras llevaban a buen resguardo el hacha de metal, no se percataron de los notorios cambios que habían operado en Tyr. La ciudad traía memorias para más de uno.

Se respiraba una atmósfera diferente, ahora que el tirano Kalak yacía en el polvo, el Ziggurat se alzaba en el centro de la ciudad siendo un recuerdo palpable de aquella época no tan lejana en que las cosas habían sido tan diferentes. Las grietas a lo largo de las torres del ziggurat daban a más de uno la impresión de que todo aquello había pasado muchos siglos atrás.

Los templarios ya no estaban presentes con su porte altanero, que hacía que nadie osara cruzar las miradas con uno de ellos por temor de ser enjuiciado por la más absurda de las razones. En su lugar estaba la guardia de la ciudad, la que no haciendo distinción de raza o status por quienes la conformabana velaba porque el Orden de la ciudad se mantuviese.

Entre las multitudes y tras unos pocos pasos bajo el recalcitrante sol, empezaron a notar otras diferencias. Inmigrantes de otras regiones se paseaban de un lado a otro buscando una forma de sobrevivir y de conseguir sombra. Razas que nunca antes habían visto, hombres pájaro y pequeños reptiloides, se movían indecisos, sin saber muy bien que hacer en este extraño lugar en el que se encontraban. La gente parecía haberse acostumbrado, aunque algunos pocos osaban de cuando en vez a mirarlos suspicazmente, temerosos de lo desconocido y de lo que estas criaturas pudiesen traer. El terremoto en parte por los diálogos de taberna que habían escuchado a lo largo de las últimas horas, había sido el principal responsable de la llegada de aquellos extranjeros.

Los gritos que intentaban alzarse por sobre la multitud los atrajo. Lejos a la vuelta de la esquina una multitud se agolpaba. Unos pasos más atrás un enorme semi-gigante con un enano sobre sus hombros y un par de hombres detrás suyo, todos con el uniforme de la guardia de la ciudad , se acercaron rápidamente. Abriéndose espacio como los temibles gigantes en el Mar de Polvo.
En ese momento se hizo un silencio, el silencio que precede a la tormenta y todos supieron que habrían problemas. La quietud de la masa de hombres les dejó escuchar con más claridad lo que se hablaba.



"Kalak ha vuelto hermanos míos. No en forma física, pero si para castigarnos por nuestra insolencia. Como nosotros, simples mortales somos capaces de desafiar la voluntad de nuestro Gran Rey!!!??? Arrepiéntanse.. Arrepiéntanse ahora que hay tiempo, que en el futuro no habrá espacio para la piedad. Aquellos que continúen en su desafío serán ajusticiados a su debido momento, y toda la fuerza del Tirano caerá sobre sus cabezas..."


El hombre no tuvo tiempo de ver lo que se le aproximaba. Como una visión apocalíptica del futuro que el mismo había predicho, una enorme sombra se posó encima de el. Unos suspiros ahogados se dejaron escapar, y fue justo ahí cuando el enorme puño del semi-gigante se dejó caer con toda su fuerza sobre la desvencijada humanidad del predicador. Cayó como un estropajo sobre una muralla dejando una mancha de sangre que se evaporó rapidamente al par de minutos. Toda la gente se diseminó, sólo para estar seguros de alejarse del poder de aquel semigigante de rostro malicioso...


Este hombre no sería el último en predicar un futuro apocalíptico. "Como si las cosas pudiesen ser peor" escucharon a más de un hombre libre decir. El terremoto y las tormentas que azotaban de tiempo en tiempo a la región de Tyr , eran suficientes para pensar que algo no andaba bien. Llegaban noticias de otras ciudades en que la situación era peor. Gente asesinando en la Ciudad de Raam a la luz de la día sin razón aparente en un caos que desafiaba todo lo ocurrido en la misma revuelta de esta ciudad unos 11 años atrás.

No habían más reyes. Despues de las noticias de la muerte del Rey Tithian en el Mar de Polvo , el destino estaría en las manos del consejo y no de un sólo individuo.

A pesar de todos los problemas se mantenía el orden. Dos grandes heroes eran parte del consejo que se encargaba de eso, Rikus y Sadira contaban con el apoyo de mucha gente y para muchos eso era el factor decisivo que había mantenido la cohesión que Tyr tanto necesitaba. A pesar de ello entre trago y trago más de uno comentaba con sospecha sobre los motivos de los preservadores, el nuevo grupo que ahora oficialmente pasaba a integrar parte del consejo.

Años atrás se había hablado de una organización llamada la Alianza del Velo. Aunque pocos conocían de que se trataba realmente , más de uno sospechaba de su relación con hechicería. Esta gente no quería ser asociada con los profanadores, según ellos la forma de realizar su magia era más intrincada y por ende más segura y no perjudicial para la vida. Los tyrianos estaban confiados en Sadira y por eso nadie se atrevía a hacer más preguntas ni a dudar de sus intenciones. Algo era claro, la relación de los Tyrianos para acostumbrarse con la hechicería tomaría más tiempo de lo previsto... habría muchas cosas por ver todavía...


Esa es Tyr, despues de un día de recorrer y de escuchar rumores distintos y de acostumbrarse a todos los cambios de más de una década de ausencia. Urik parece no ser una amenaza de momento, pero más de un integrante del consejo ha levantado la voz para expresar su temor de que desde el cierre de las puertas de la vecina ciudad para el mundo exterior ,se esté tramando algo como nunca se haya visto... Por ahora nadie se ha preocupado de aquella situación teniendo asuntos más urgentes que atender como la súbita llegada de grandes olas de refugiados a la ciudad.

Tuesday, April 10, 2007

[Relato Corto Campaña Celik] - Susurros nocturnos

La noche solía ser un alivio para la gente de Athas. Las largas y tediosas horas del fuerte sol sobre sus cabezas llegaban a su fin, y podían por unos momentos descansar hasta que llegara el siguiente día y así continuar en un ciclo sin fin.

Las estrellas se veían en lo alto del cielo, brillantes como siempre. El techo de estas tierras sin piedad siempre estaba despejado. Pocos se preguntaban que había más arriba, lo único que importaba para la gente estaba en la tierra.Sólo los Reyes Hechiceros podían darse el lujo de mirar al infinito del firmamento.

El hombre vestido con finos ropajes y botas de cuero de Lirr tampoco miró al cielo. Lo que le preocupaba en este momento no estaba arriba, ni tampoco sobre las infinitas planicies en las afueras de la Ciudad de Celik. Lo que atormentaba su mente, estaba justo debajo de sus pies.

Atravesó la puerta donde los dos guardias Mul cuidaban celosamente, apenas dedicándoles atención. Los fornidos guerreros lo dejaron pasar, sin decir ni una palabra, viendo como el hombre estaba encerrado en sus propios pensamientos.

A medida que avanzaba por los polvorientos salones del fuerte interior, pensó en diferentes formas de empezar la conversación con el consejero del Patriarca Korsun, amo y señor de la casa Mareneth . No encontraba un modo adecuado para explicar como es que la ciudad Emblema del Linaje Mareneth, en cuya superficie se encontraban ahora, estaba siendo amenazada como nunca antes lo había estado a lo largo de su extensa historia.


Al final de un largo pasillo y de incontables vueltas y giros, llegó a los aposentos del Señor. Aquí los guardias eran más quisquillosos, pues sabían muy bien que el menor descuido les significaría la muerte. Los dos semi-gigantes se plantaron enfrente de el en actitud decidida mirándolo desde arriba con sus rostros carentes de brillantez. Con voz profunda como salida del más profundo de los cañones de las montañas Resonantes uno de ellos preguntó:


- " Cual es tu negocio aquí humano?"

El hombre iba a responder cuando una voz algo más atrás de los semigigantes interrumpió


- Déjenlo pasar.

Sin dar espacio a réplica las dos moles se movieron a un lado y siguieron mirando al horizonte. A ningún punto en particular.

Marxus avanzó a paso lento, adentrándose un poco más en las sombras. Siempre le había llamado la atención que el patriarca de la casa sintiese tal afición por estar encerrado en la oscuridad. Al final del pasillo podía ver las cortinas de satén y el danzar fantasmal de las luces alrededor del lecho del patriarca.

- Tengo que hablar con el Patriarca Korsun -dijo Marxus en un tono seco hacia la silueta que apenas podía ver en la oscuridad-

- Sabes muy bien que yo soy su voz y sus oidos Marxus. Habla.

Marxus dudó un momento intentando encontrar una señal desde el final del pasillo. Las velas se agitaron levemente y luego siguieron su hipnótico danzar. Se adecuó un poco más a la oscuridad y pudo discernir mejor las facciones del avejentado hombre enfrente suyo. Sus ropajes costaban más de lo que un solo obrero mul pudiese ganar en toda la vida, el hombre decididamente no le hacía asco a la opulencia.


- Hemos perdido más hombres de lo debido explorando los subterraneos. A la vez hemos encontrado algunos objetos valiosos, pero tardaremos un tiempo antes de poder recuperar la fuerza perdida... La cosa es que no sé muy bien que buscar allí y los otros jefes de guardia están empezando a mostrar las mismas inquietudes que yo. Parece un sin sentido.

Marxus esperaba la respuesta de su interlocutor, cuando sintió el susurro apenas audible proveniente desde el final de la sala. Los dos callaron hasta escuchar con más claridad las palabras traídas por el viento.


- Un error dices tú?... - dijo la voz de Korsun en un tono apenas perceptible - . Estas ruinas estaban acá desde que llegó mi familia hace más de un Milenio, luego de que nuestra antigua ciudad de Kalid-Ma fuese completamente destruida por nuestro demente Rey.

Marxus escuchó muy atento. No sabía leer como todos aquellos que no habían nacido en una cuna de oro, y cualquier retazo de historia servía para satisfacer su gran curiosidad.

- Cuando llegaron acá esto estaba repleto de Plagas y Muertos -continuó Korsun-. Pero era hacer algo o morir en el intento y permitir así que nuestra tradición se perdiera en las Arenas del tiempo. Los pocos registros que sobrevivieron al incansable poder del tiempo dan cuenta de maravillas sepultadas en estas ruinas, maravillas de una época en que el Sendero era mucho más fuerte de lo que lo es ahora..

Siguió un largo silencio y en la lejanía del pasillo se sintió el alzar de un viento. Marxus no se atrevió a preguntar si era su patriarca quien había causado eso. Los rumores hablaban de que era un practicante del sendero bastante versado, lo que le había permitido incluso anticipar muchas veces las maniobras comerciales de otras casas. Después de tanto tiempo ya no sabía como separar mito de realidad.

- Señor?? -dijo la voz dubitativa de su consejero , aproximándose unos pasos para ver a que se debía el súbito silencio-

- Hay fuerzas obrando en estos momentos en lugares insospechados - dijo Korsun en voz más alta- Ya hemos visto las amenazas que se nos están presentando, y si hemos de sobrevivir y continuar tenemos que estar dispuestos a realizar grandes cambios. Terremotos, Explosiones desde el Mar de Polvo, Reyes Hechiceros que ya no son más, rumores de caminos abiertos a grandes imperios que no constaban en ningún registro conocido, y ahora esta amenaza desde las planicies de Obsidiana.


- Señor -dijo Marxus muy lentamente, como si temiese que alguna de sus palabras no fuese escuchada -. Es cosa de tiempo hasta que alguna casa rival se entere de las amenazas que se ciernen sobre nosotros y aprovechen para golpear. Como mantendremos esa secrecía con todos los mercenarios que hemos tenido que contratar para poder hacer el peso y dejar la ciudad medianamente limpia.

Vió por el rabillo del ojo la expresión de reprimenda del consejero por haber hablado sin pedir la autorización, Pero a Korsun todas esas formalidades parecieron no importarle.


- Tus palabras son sabias Marxus, pero subestimas los alcances de mis telas de araña. Un buen comerciante debe ser como una de esas criaturas. Cuando tienes una tela suficientemente grande no importa por donde pase tu enemigo. Siempre sabes donde atacar. La orden sigue vigente, limpien todo cuando puedan y no se preocupen por la gran ola de mercenarios que ahora empezará a llegar. Todo está contemplado.


- De acuerdo señor. -Marxus hizo una reverencia hacia la silueta al fondo y se excusó-. Poco a poco la luz empezó a hacerse más tenue en el fondo hasta que no pudo ver más. Salió satisfecho tras haber escuchado la voz sana e imponente de su patriarca. Marxus era un hombre de tradiciones y estaba feliz por como se había llevado la administración de la ciudad de Celik bajo el mandato de Korsun. No quería cambiar sus hábitos si es que alguna enfermedad había impactado a su lider.


Se retiró de los pasillos pensando que Korsun tendría razón. Nunca lo había escuchado equivocarse. Era cuestión de días quizás para que Celik estuviese llena , esta vez de aventureros deseosos de fama y fortuna. Notificaría al resto para estar preparados.

Muerte en las profundidades.

Jugada por: Ur-Mystra, Thri-Kreen Psion/Warrior (Cristián) , Patsuika, Lurk Human (Agustín), Halfling Drunkenmaster (Antonio)


El Profanador apareció tal como lo había prometido en los bordes de su bosque particular. Acompañado de 3 sombras que salieron de entre los arboles como un enjambre de abejas. EL profanador iría a Celik cuando lo estimara conveniente, y despachó a los tres derrotados a que volvieran de donde habían salido para nunca más volver. La próxima vez pagarían con sangre su intromisión.


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De regreso justificaron como mejor pudieron su mediano fracaso. De todos modos parecía que el Profanador estaba interesado en lo que podían ofrecerle, pero todo se haría según sus condiciones. No les pidieron el pago de vuelta, pero era evidente en los ojos de sus interlocutores que no estaban satisfechos por los resultados. Depender de los caprichos de un mestizo excéntrico era lo que menos querían.


En ese intertanto el Halfling y el Bárbaro fueron enviados a acompañar a una caravana que iba a un punto medio a encontrarse con una casa mercantil de Tyr que traía pertrechos .


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En Celik la amenaza subterranea seguía siempre presente, y tal como habían hecho cada año, grupos de aventureros iban a las profundidades a "limpiar" tanto como pudiesen. Varios grupos fueron despachados en este tipo de misiones, y la amenaza del Sur (de la cual seguían veniendo noticias de los Scouts) , sumados a los propios intereses de la casa hacian imposible que contasen con la misma capacidad de pelea al interior de sus muros que como había ocurrido en esas ocasiones pasadas.

Por eso mismo cuando llegó la caravana de mercaderes desde la lejana Gulg, con cazadores elfos entre sus filas, trayendo todo tipo de especies salvajes para la venta Celik no dejó pasar la ocasión, llevándose alguno de los prisioneros para usarlos en las nuevas necesidades de la ciudad.

Uno de ellos fue puesto en Libertad a cambio de que hiciese labores para la casa Mareneth. Un Thri-Kreen que había sido apresado varias semanas atrás . Algunos soldados de Celik estaban curiosos por ver cual sería el desempeño de dos Thri-Kreens juntos en un grupo de exploración.


El Halfling que se la había pasado borracho durante varios días y noches fue tomado por la fuerza para entrar a las ruinas. Nadie en la ciudad estaba mucho tiempo sin hacer nada. Su opción era ayudar, o irse inmediatamente afuera, y a como estaba la situación todo aquello podía significar la muerte. Tenían por tanto que mostrar su valor a la casa Manereth.



Así Halfling y Thri-Kreens fueron hacia una de las ruinas en el Norte de la ciudad. Entraron en ellas , una parte de la ciudad subterránea. Fueron atacados por arañas que se colgaban de sus cuellos y les sacaban sangre, como por una criatura que salió de agua putrefacta de un altar antiguo largamente olvidado. La habitación estaba fria y gran parte de la vegetación no era más que hielo. Pelearon con una criatura que salió de las profundidades de la cisterna de agua corrupta. Pero estaban muy debilitados, y en la última explosión dieron fin a la vida del Thri-Kreen conocido por Patsuika, quien se convirtió en nada más que hielo.


Volvieron a la superficie luego de esperar por horas que les abrieran la escotilla que llevaba arriba. Luego de dar su reporte se decidió que eso no podía quedar así de inexplorado, y por eso ya que el Halfling estaba muy debilitado por las arañas que casi se toman su vida , el Thri-Kreen liberado iría con un guardia de la ciudad, un guerrero y un humano que venía desde la Lejana Raam buscando asilo luego del caos que se había desencadenado.


Después de cierta preparación volvieron a las profundidades, sin saber que nunca más volverían a ver la luz del Sol Oscuro.


Emboscados en una habitación repleta de telas de araña sufrieron los embates de una araña, y de una poderosa criatura que se había mantenido escondida hasta que los tomó por sorpresa. Uno a uno fueron cayendo ante sus poderosos garrazos. Hasta que no quedó nadie en pie y se hizo solo el silencio.


La ciudad de Celik estaba perdiendo la guerra contra su enemigo interior.

En busca del profanador. (CAMPAÑA CELIK)

[Jugada Por: Conan (Francisco), Ur-Mystra (Cristían) y Halfling Raider (Pablo)

Conan había acumulado cierta fama desde su última hazaña en las tierras de Obsidiana. Por esto mismo fue que el veterano de Guerra con el cual habían compartido momentos difíciles en las tierras del Sur, se acercó para hacerle partícipe de una misión que parecía fácil.


El tema del sur se estaba convirtiendo en algo primordial en la agenda de la ciudad. En Celik no tenían la menor idea de que diablos estaba pasando, y la falta de respuestas los estaba desesperando. Dados sus dotes de liderazgo necesitaban que fuera al Oasis al Norte con otros muchachos de la ciudad, para convencer amablemente al semi-elfo de la necesidad de su presencia en la ciudad (pagándole claro está).




Partieron al Norte, llamándoles la atención la falta de ruidos en el camino. Las pequeñas bestias que normalmente veían salir de entre los orificios de la tierra, o en las pocas malezas desperdigadas aquí y por allá brillaban por su ausencia.



Finalmente llegaron al Oasis, en donde luego de una brutal pelea con una bestia que era parte del mismo Oasis, llegó el profanador a terminar el trabajo.

No tomó con buenos ojos que se hubiesen inmiscuido en sus dominios. Luego de despojarlos de sus items de valor , los mandó de regreso a volver en 3 horas, en las que escucharía sus pedidos. Luego de eso solo Athas sabría lo que ocurriría con sus vidas.

Saturday, March 31, 2007

El Deceso de los Campeones.


El druida había vuelto de su meditación. El halfling se había recuperado junto al mul de su envenenamiento parcial frente a la batalla con el escorpión.


Eran un grupo sólido y se sentían más seguros ahora que se disponían a adentrar en las profundidades de las ruinas descubiertas por la tormenta de Arena. Ya venían advertidos de lo que podían encontrar en la profundidad, y es por esto que el grupo no fue sorprendido cuando apareció el guardían de muchos rostros para defender a los Campeones que debían de estar en la habitación superior.

La batalla fue complicada, volaron por los aires, pero al final se impuso la organización y poder de los aventureros. EL espiritu lanzó un grito de desesperación mientras veía como había fallado en su labor de proteger a los campeones.

Vieron los grabados a ambos lados, que hablaban de épocas distintas, mientras ascendían por la rampa que los iba a llevar a la habitación donde permanecían los Campeones. Aquellos que como había dicho la mujer habían sido entrenados para una guerra que yacía perdida. Aquellos cuya unica finalidad era derrotar a Gallard.


Al entrar en la habitación las antorchas se prendieron. Sintieron como se abrían las cámaras , y como voces discutían entre ellas. Hablando de eliminar a los traidores que venían a molestarlos. Los Traidores que servían a Gallard. Los traidores que debían eliminar.

Un anciano, una mujer, un humano más grande que lo normal , y un hombre de pelo largo envueltos en cintas funerarias , eran los campeones de los que hablaba la leyenda. Las centurias no habían pasado en vano, y sus cuerpos se habían desgastado dejando solo una sombra de lo que había su antiguo poder. Estaban muertos en vida, y no se daban cuenta de que ya habían perdido.. Solo quedaba darles descanso.


Los aventureros vencieron a los campeones, después de una larga batalla. Pero no sin sufrir antes un enorme costo. Toda la rabia que llevaban adentro por verse atacados con los que veían como representantes de su mas odiado enemigo, engendró una maldición en aquellos que no tuvieron la entereza para resistirse.Una maldición recorría sus venas...


Saquearon lo que pudieron, y salieron del lugar lo más pronto que les fue posible, mientras toda la estructura comenzaba a desmoronarse fruto de otro fuerte temblor que no quería dar respiro a Athas.


Las ruinas fueron sepultadas por completo. Grietas se abrieron, y algunos casi son tragados por la misma tierra.

Pero la maldición los seguía.. una enfermedad repleta de odio, que sino era tratada debidamente iba a cobrarles la vida.

Buscaron un poblado en el que hubiese un clérigo, y tuvieron muy mala suerte al encontrarse en medio de un poblado repleto de mercenarios que no apreciaban la intromisión de extraños. En ella habría un Thri-kreen que los seguiría en la oscuridad.. para propósitos solo entendidos por el. Luego de ser descubierto por el druida, reveló su intencion de viajar con un enjambre, y para eso les ayudó . Justo tenía pergaminos antiguos que servían para tratar la maldición que los asolaba.


Fueron guíados a un fuerte donde para suerte de ellos encontraron a un clérigo que los ayudó . Un clérigo que salió recompensado economicamente más de lo que hubiese pensado.

En el intertanto pasaron algunas cosas interesantes en el fuerte: Vieron integrantes de la casa tomblador (junto a otras tantas casas más) pues el lugar era un centro de intercambio y de paso de la mayoria de las casas mercantiles de la región. Escucharon los rumores de la búsqueda de unos insolentes que habían sembrado caos por un momento para las actividades de la casa.Vieron la llegada de refugiados que lloraban la pérdida de sus familiares por el temblor que había caído apenas un par de días atrás.


Más importante aún fue la aparición del mismo hombre de Balic. Quien envuelto en misterio y en el arte del sendero le hizo una advertencía al monje

Una advertencia que quedó solo para sus oídos, y que desconoció por completo cuando fueron a eliminar al gigante que azotaba las rutas comerciales de los alrededores...

Viajes a las planicies de Obsidiana (Campaña Alterna)

(jugada por Agustín y Francisco)

La ciudad de Celik estaba agitada. Y pocos sabían el verdadero motivo de aquello.


Después de la misión fallida del grupo de aventureros en las profundidades de las ruinas de esta ciudad, y mientras los heridos de aquella fallida expedición se recuperaban en los días por quedar, el bárbaro y el thri-kreen empezaban a conocerse más. Tenían un lazo en común con aquellos que yacían ahora al borde de la vida y la muerte, como solía ser habitual en estas tierras desérticas.
La gente esperaba la noticia de lo que había ocurrido con la caravana que había sido enviada al sur con la finalidad de investigar las desapariciones misteriosas de personas de algunos poblados no muy alejados de estas planicies repletas de misterios y tantas diferentes historias.
Llegó el dia en que se vió a la lejania a esta caravana aproximarse, varios días habían pasado y el nerviosismo de toda la multitud alrededor se hizo patente.
Inix y Mekillots venían llevando a sus espaldas los cuerpos envueltos de muchos caídos. Nadie pronunció una palabra y el silencio se impuso. En el día siguiente fue que se hicieron los entierros. Fueron pocos los que se atrevieron a preguntar que es lo que había sucedido.

Se hizo un llamado de aquellos dispuestos a salir en misión a que se presentaran para ser contratados. La moral estaba baja, y fueron pocos los que se atrevían a salir después de haber presenciado el desfile funebre el día anterior. La recompensa sin embargo era para hacerle agua la boca a cualquiera, y finalmente luego de ciertos acontecimientos el Thri-Kreen y el bárbaro se unieron a un singular grupo de la casa mercantil de Celik, con la finalidad de recuperar un cargamento de armas que se había perdido en la frontera con estas horribles planicies. Armas de metal, que no podían dejarse tiradas y que valían más que la vida útil de muchos habitantes de Celik.

Es así que Bárbaro y Thri-kreen se unieron al grupo liderado por un guerrero entrado en años, una sacerdotisa del fuego, dos muls hermanos, la psiónica de peinado extravagante con dreadlocks, y un poderoso Semi-Gigante.


La misión no estuvo exenta de problemas, y desde el inicio desde que fueron atacados por los espíritus de polvo que surgieron desde el suelo tuvieron que sufrir la primera baja. Uno de los muls falleció en esa pelea, y el capitán de la expedición terminó sufriendo mucho y cayendo a la inconciencia . EL bárbaro ayudo con su liderazgo a que la misión continúase. Y de no haber estado presente, el desenlace final habría sido muy diferente.

Todos terminaron muy inquietos después de que apareciese una imagen proyectada seguramente como ilusión no muy lejos de donde estaban, y que mostraba a un cuerpo descompuesto con finos ropajes ceremoniales, y un halo verde que lo rodeaba. Se presentó como Kaisharga, y advirtió que los vivos no debían meter sus narices en los asuntos de los muertos. Este era territorio de Dregoth y debían huir o sufrir las consecuencias.


Ignorando la advertencia se acercaron apenas unos metros, al lugar desde el cual veían los restos del cargamento que venían buscando. Desde la lejanía pudieron ver enormes figuras (al menos 3) que patrullaban los lugares . La última confrontación no iba a hacerse esperar.
Tuvieron un poderoso combate con una aberración de obsidiana , una enorme creación hecha de aquella oscura piedra con afiladas puntas saliendo de su cuerpo, cuyo principal objetivo parecía ser el recoger cadáveres caidos en batalla en esa zona y atacar cualquier ser que se aproximase a su presencia.



El grupo salió triunfante, pero muy herido. Volvieron a Celik después de algunos días de viaje, y ahí se agradeció su gran aporte. El bárbaro sobretodo recibió un gran reconocimiento por su valiosa intervención. Ya empezaba a ganarse amigos....

Saturday, March 10, 2007

En la Oscuridad.

Las ruinas se presentaban amenazadoras.

El escorpión gigante casi le había costado la vida a algunos de los aventureros. El Halfling se encontraba comatoso, y solo cabía esperar a que Athas reclamara su vida o que alguien fuese capaz de devolverlo a su estado normal.

Morus Y Roth habían llegado muy lejos como para abandonar aquí. El mul que había perdido a sus compañeros de viaje también. Cada vez que pensaban en ello veían la entrada a la oscuridad de una de las ruinas inclinadas y parcialmente cubiertas de arena. Era como si algo los llámase, quizás la codicia... quizás algo más..


No fueron pocas las criaturas que encontraron en estas curiosas ruinas. La arena se desperdigaba por doquier como un recuerdo del paso no en vano de las arenas del tiempo. Los escorpiones no fueron obstáculo suficiente para las aspiraciones y ambiciones del grupo quienes se decidieron a avanzar más.


Roth siguiendo sus instintos de elfo se dedicó a buscar entre la arena, por muchos minutos y con paciencia revisó cada rincón de las primeras habitaciones. El lugar parecía ser un templo o algo por el estilo. No pudo creer sus ojos cuando los resultados de su búsqueda dieron fruto y encontró no mundanas monedas de cerámica, sino que de ORO. El resto de lo que hizo con ellas quedará en el recuerdo del sigiloso elfo, pues ni el mul ni el humano se dieron cuenta de lo que había encontrado. Llamando a la codicia de Morus y del sobreviviente mul les mostró una sola moneda de oro, eso fue más que suficiente para llamar su atención y para que se dedicaran a buscar un poco más.


Una pequeña fortuna en forma de monedas de oro fue lo que encontraron. A los lados poca atención prestaron a las imagenes que mostraban a criaturas pequeñas , mucho más pequeñas que los halflings, haciendo magias desde sus manos y defendiéndose de criaturas enormes de largas narices que parecían salir desde bosques internados en ríos. Nada que hiciese sentido en el mundo que conocían. A sus lados veían humanos montando extrañas criaturas cuadripedas, todos en grandes armaduras que si pudiesen apostar habrían dicho que eran de metal.

Por supuesto que tanto tesoro fue más que suficiente para el mul, y por eso una vez que le dieron parte de su botín simplemente abandonó el lugar no queriendo arriesgarse a ir más hasta el fondo del misterioso templo. Las monedas que llevaba en sus bolsillos eran mucho más de lo que habría ganado en varias vidas.



Ellos dos se quedaron y avanzaron tanto como pudieron. El lugar claramente daba señales de haber sido abandonado hace muchos años, y de haber sido saqueado en algún momento de su historia. El nerviosismo era cada vez mayor a cada paso que daban, mucho más cuando por separado empezaron a ver la forma fantasmagórica de una mujer envuelta en túnicas que alcanzaron a ver en lo que dura el guiño de un ojo. Encontraron un par de esqueletos que parecían escapar de algo de abajo. Estaban a mitad de camino y sobre ellos tambien encontraron tesoros no despreciables.



Decididos a ver que otros tesoros albergaba este lugar fueron al piso de abajo. Vieron una gran sala con grandes estatuas a lo largo y ancho, y a todas luces un lugar que no había sido saqueado.


Algo había impedido el saqueo.


Los objetos claramente mágicos desperdigados a lo largo de la habitación llamaron su atención. Justo ahí y cuando empezaban a avanzar se les acercó la figura fantasmal que hubiesen visto antes, la que les dijo en un gran lamento y pesar:


" Los elegidos para ir contra Gallard no pueden darse cuenta de que están esperando una guerra que ya está perdida hace milenios. Todos los gnomos, aquellas hermosas criaturas que por siglos fueron nuestros aliados yacen ahora en el olvido. Gallard se impuso, y sólo nos queda irnos en paz.

Hemos perdido las Guerras de Limpieza. Los elegidos deben encontrar la paz que les ha sido negada durante tanto tiempo. Hemos fallado, el gran señor..."


Fué ahi que la imagen se desvaneció como si hubiese cumplido su propósito.. sin embargo para sorpresa de Roth y Morus regresó en un último esfuerzo

"Denles el descanso a nuestros campeones!!!!"

De ahi fue todo silencio y oscuridad....


Al final de la sala y después de recorrer algunas flechas mágicas había un gran escudo que parecía despedir fuego desde su frente. Un artefacto poderoso sin lugar a dudas. Vieron que no solo el escudo estaba en el techo al final de ese salón, sino que había una rampa que subía un poco y llevaba a otro salón. No pudieron avanzar más que eso cuando de la nada se materializaron un montón de formas humanoides desde todas direcciones que se apilaron en un gran espíritu

"Somos el guardían, protectores del descanso de los elegidos. No los dejaremos pasar"



Y tal como el Guardían había prometido, así fue. Morus casi muere apenas comenzado el combate, y tuvieron que salir con el corazón en la mano a las afueras de las ruinas donde el espiritu no los siguió más....

En sus ojos todavía brillaba el recuerdo de aquel poderoso escudo...

Wednesday, March 07, 2007

Tormentas Caprichosas (Campaña Principal)

Balic no era más que un recuerdo. Este era el momento de seguir adelante.

Los caminos podían ser en este momento más traicioneros que los parajes más desérticos y salvajes. Si bien sus acciones en Balic no eran lo suficientemente problemáticas como para llamar la atencion de la casa Tomblador, si eran lo suficientemente llamativas para enviar mensajeros que pudiesen reportar cualquier avistamiento de los agitadores , para así pagar una pequeña recompensa a aquellos que les dieran fin.

Por esta razón , y alejandose de los caminos principales, transitaron por llanuras desérticas. Por algunas horas siguieron, algo dubitativos al ver los asomos de tormenta en la lejanía. Las tormentas de Arena no eran una experiencia que se pudiese contar dos veces.
Horas más tarde, no había duda alguna de que la tormenta iba directo al grupo de aventureros-fugitivos. No habría tiempo para evitarla, sólo quedaba prepararse para recibirla.
No saben cuanto tiempo pasó, pero la protección y la experiencia del scout en estos parajes pudieron haber sido el factor decisivo que les ayudara a sobrevivir. Cuando salieron de sus refugios se encontraron con parajes completamente cambiados , gracias a la fuerza indetenible de la tormenta que había pasado y desaparecido.
Sorprendidos caminaron hasta llegar a un conjunto de ruinas. En este lugar encontrarían a un mul parte de un grupo de pequeños mercaderes que habían decidido aventurarse a averiguar que podrían encontrar en este lugar. Un enorme escorpión se había encargado de quitarles las vidas a todos. Sólo el mul sobrevivía , sin saber cuanto tiempo más duraría en este juego de gato y ratón.


Hasta que llegaron los aventureros.



En una pelea brutal lograron eliminar al gigantesco escorpión, no sin antes quedar severamente heridos.

Sin embargo sus aventuras aquí estaban lejos de terminar. Las ruinas se alzaban ante ellos, la mayor parte solo techos descubiertos y rodeados de arenas que no permitían ver más que eso. Pero una entrada particular los llamaba, un pasaje a la oscuridad...