Thursday, May 03, 2007

Tyr .

Año de La Furia del Desierto según el Calendario de los Reyes.


Entre el caos de mercaderes y los usuales griteríos de ambos lados de la calle, mientras llevaban a buen resguardo el hacha de metal, no se percataron de los notorios cambios que habían operado en Tyr. La ciudad traía memorias para más de uno.

Se respiraba una atmósfera diferente, ahora que el tirano Kalak yacía en el polvo, el Ziggurat se alzaba en el centro de la ciudad siendo un recuerdo palpable de aquella época no tan lejana en que las cosas habían sido tan diferentes. Las grietas a lo largo de las torres del ziggurat daban a más de uno la impresión de que todo aquello había pasado muchos siglos atrás.

Los templarios ya no estaban presentes con su porte altanero, que hacía que nadie osara cruzar las miradas con uno de ellos por temor de ser enjuiciado por la más absurda de las razones. En su lugar estaba la guardia de la ciudad, la que no haciendo distinción de raza o status por quienes la conformabana velaba porque el Orden de la ciudad se mantuviese.

Entre las multitudes y tras unos pocos pasos bajo el recalcitrante sol, empezaron a notar otras diferencias. Inmigrantes de otras regiones se paseaban de un lado a otro buscando una forma de sobrevivir y de conseguir sombra. Razas que nunca antes habían visto, hombres pájaro y pequeños reptiloides, se movían indecisos, sin saber muy bien que hacer en este extraño lugar en el que se encontraban. La gente parecía haberse acostumbrado, aunque algunos pocos osaban de cuando en vez a mirarlos suspicazmente, temerosos de lo desconocido y de lo que estas criaturas pudiesen traer. El terremoto en parte por los diálogos de taberna que habían escuchado a lo largo de las últimas horas, había sido el principal responsable de la llegada de aquellos extranjeros.

Los gritos que intentaban alzarse por sobre la multitud los atrajo. Lejos a la vuelta de la esquina una multitud se agolpaba. Unos pasos más atrás un enorme semi-gigante con un enano sobre sus hombros y un par de hombres detrás suyo, todos con el uniforme de la guardia de la ciudad , se acercaron rápidamente. Abriéndose espacio como los temibles gigantes en el Mar de Polvo.
En ese momento se hizo un silencio, el silencio que precede a la tormenta y todos supieron que habrían problemas. La quietud de la masa de hombres les dejó escuchar con más claridad lo que se hablaba.



"Kalak ha vuelto hermanos míos. No en forma física, pero si para castigarnos por nuestra insolencia. Como nosotros, simples mortales somos capaces de desafiar la voluntad de nuestro Gran Rey!!!??? Arrepiéntanse.. Arrepiéntanse ahora que hay tiempo, que en el futuro no habrá espacio para la piedad. Aquellos que continúen en su desafío serán ajusticiados a su debido momento, y toda la fuerza del Tirano caerá sobre sus cabezas..."


El hombre no tuvo tiempo de ver lo que se le aproximaba. Como una visión apocalíptica del futuro que el mismo había predicho, una enorme sombra se posó encima de el. Unos suspiros ahogados se dejaron escapar, y fue justo ahí cuando el enorme puño del semi-gigante se dejó caer con toda su fuerza sobre la desvencijada humanidad del predicador. Cayó como un estropajo sobre una muralla dejando una mancha de sangre que se evaporó rapidamente al par de minutos. Toda la gente se diseminó, sólo para estar seguros de alejarse del poder de aquel semigigante de rostro malicioso...


Este hombre no sería el último en predicar un futuro apocalíptico. "Como si las cosas pudiesen ser peor" escucharon a más de un hombre libre decir. El terremoto y las tormentas que azotaban de tiempo en tiempo a la región de Tyr , eran suficientes para pensar que algo no andaba bien. Llegaban noticias de otras ciudades en que la situación era peor. Gente asesinando en la Ciudad de Raam a la luz de la día sin razón aparente en un caos que desafiaba todo lo ocurrido en la misma revuelta de esta ciudad unos 11 años atrás.

No habían más reyes. Despues de las noticias de la muerte del Rey Tithian en el Mar de Polvo , el destino estaría en las manos del consejo y no de un sólo individuo.

A pesar de todos los problemas se mantenía el orden. Dos grandes heroes eran parte del consejo que se encargaba de eso, Rikus y Sadira contaban con el apoyo de mucha gente y para muchos eso era el factor decisivo que había mantenido la cohesión que Tyr tanto necesitaba. A pesar de ello entre trago y trago más de uno comentaba con sospecha sobre los motivos de los preservadores, el nuevo grupo que ahora oficialmente pasaba a integrar parte del consejo.

Años atrás se había hablado de una organización llamada la Alianza del Velo. Aunque pocos conocían de que se trataba realmente , más de uno sospechaba de su relación con hechicería. Esta gente no quería ser asociada con los profanadores, según ellos la forma de realizar su magia era más intrincada y por ende más segura y no perjudicial para la vida. Los tyrianos estaban confiados en Sadira y por eso nadie se atrevía a hacer más preguntas ni a dudar de sus intenciones. Algo era claro, la relación de los Tyrianos para acostumbrarse con la hechicería tomaría más tiempo de lo previsto... habría muchas cosas por ver todavía...


Esa es Tyr, despues de un día de recorrer y de escuchar rumores distintos y de acostumbrarse a todos los cambios de más de una década de ausencia. Urik parece no ser una amenaza de momento, pero más de un integrante del consejo ha levantado la voz para expresar su temor de que desde el cierre de las puertas de la vecina ciudad para el mundo exterior ,se esté tramando algo como nunca se haya visto... Por ahora nadie se ha preocupado de aquella situación teniendo asuntos más urgentes que atender como la súbita llegada de grandes olas de refugiados a la ciudad.