Tuesday, January 23, 2007

Cazadores y Presas

El desierto es un lugar muy caprichoso. El grupo de aventureros había sido por unos momentos el depredador, para luego transformarse en presa. Después de la masacre del campamento gith, tuvieron que correr por las planicies desoladas de Athas escapando de poderosas criaturas llamadas Destajadores de las Dunas. Solo el apropiado conocimiento del druida les permitió escapar de lo que sino podría haber sido una muerte casi segura.

Otros peligros los aguardarían, y sería una oportunidad de aprender que no solo las cosas que caminan pueden poner un peligro potencial. Las mismas plantas son capaces de asesinar y reducir a sus enemigos con tan sólo el poder del sendero. De nuevo la advertencia del druida les sirvió para escapar a la dominación de cactus que resultaron ser mucho más de lo que aparentaban en una primera inspección.

Luego de llegar al camino que los iba a llevar a Balic, y de tropezarse con una caravana en dirección a Tyr, pudieron llegar al asentamiento enano de South Leodopolus. Ahí , dando vueltas se encontraron con un grupo de mercenarios con el que trabaron una corta amistad, intercambiaron rumores, y aprendieron el nombre de la casa responsable de lo que había ocurrido en Nagrand: la casa Tomblador. El mercenario con sus dos hijos, estaba apenado por una matanza reciente que habían sufrido al intentar adentrarse en la guarida de un gaj para sacar los tesoros que este guardaba, y por eso quizás dijo más de lo que debería haber dicho. Al parecer el había trabajado antes en asociación con la casa Tomblador, y como parte de un código de ética de mercenarios no les pudo dar detalles, sólo les dijo, que hicieran lo que hicieran, se mantuviesen alejados de la casa Tomblador porque meterse con ellos era meterse en problemas.

Unos días después los aventureros harían caso omiso de las advertencias y continuarían su camino en búsqueda de venganza. Un lujo que pocos se pueden dar el lujo de satisfacer.

La llegada a Balic.

La llegada al hogar del antiguo dictador Andropinis fue sin mayores problemas. Balic era una ciudad que había sufrido la pérdida de su Rey Hechicero , pero a pesar de todo eso parecía estar funcionando con normalidad. Tras unas pocas horas de permanencia en Balic y de ir al mercado elfo en búsqueda de información descubrieron algunos detalles: Balic estaba regida por tres casas mercantiles: La casa Tomblador , la casa Wavir , y la casa Rees.

En la llegada al mercado elfo se encontraron con un lugar opresivo, donde acechaban las sombras por doquier. Los cadáveres podían aparecer de un momento a otro, solo para ser desbaratijados por algunos de los buitres que acechaban , haciendo de ese modo de vida su única forma de sobrevivir.

En el mercado elfo se tropezaron con un profanador, que no tenía ningun problema en hacer su magia en pleno mercado. Lo acompañaban dos guardias, uno de los cuales el monje recordó como alguien que había en algún momento, muchos años atrás, conversado con el primo traidor del Elfo.

En el mercado elfo fueron al lugar en el que había entrado este profanador, solo para darse cuenta de que era un antro en el que abundaban las drogas y los mal vivientes, y que había desaparecido tras una puerta del subterraneo , que estaba guardada por guardias. Tiempo más tarde verían como dos miembros de la casa Tomblador entraban al mismo lugar.

El druida se hizo amigo del encargado del bar, mientras usaba sus magias druídicas como ayuda para este fin. El humano le dio ciertas informaciones que demostrarían ser de utilidad en el futuro. Principalmente que pese a que en Balic aparentemente las tres casas mercantiles cooperaban para un bien en común (el de mantener el orden), era evidente que en las oscuridades estaban complotando las unas contra las otras. Cada día aparecían más cadáveres de un lado y otro, y era realmente solo cuestión de tiempo hasta que estallara la bomba y pudiese eventualmente desatarse una guerra civil. El hombre también le dio el nombre de un semi elfo que dedicaba su vida a encontrar información. Con un buen pago y el tiempo suficiente podrían conseguir casi cualquier información.

Luego de conseguir al semi-elfo con el ojo de vidrio , que respondía al nombre de Xar. Pidieron cierta información básica a cambio de dinero. El semi-elfo les dijo que al día siguiente les daría la información , previo pago de su tarifa (que no era menor) de 50 monedas de cerámica. Los personajes, deseosos de venganza pagaron el precio estipulado y se pusieron a esperar que pasara el día para recibir la información, en esa espera sin embargo muchas cosas iban a suceder.

Presas de la ambición se jugaron gran parte de sus ganancias en una casa de apuestas, perdiendo casi todo en dicho lugar. Al día siguiente sin embargo, ocurriría lo más extraño de todo, y algo que dejaría al monje pensando por largo tiempo: En medio de una conversación desde el segundo piso de una posada empezó a sentir un fuerte dolor de cabeza. Sus compañeros sorprendidos y temiendo un ataque psiónico tomaron las salvaguardas necesarias para poder ver que es lo que podía estar causando todo esto. Sólo el druida pudo notar a una figura que estaba caminando sin prestar atención a lo que ocurría en el segundo piso en el que se encontraban. Lo que llamó su atención eso, tampoco las vestimentas extrañas que llevaba, ni su cabeza calva con una cola de pelo que salía desde poco más arriba de su nuca, sino que el tatuaje que poseía. Casi exactamente el mismo tatuaje que había visto del monje. Luego de intentar rastrearlo junto al halfling, bastó que desviaran la mirada por un segundo en dirección a la calle, para que lo perdieran por completo. Nisiquiera el tigre del druida fue capaz de seguirle el rastro.

En la tarde encontrándose de nuevo con el semielfo este les daría detalles muy vagos de lo que había podido encontrar. Los aventureros no estaban satisfechos y deseaban mayores detalles. El semi-elfo les dijo que mayores detalles exigirían un nuevo pago por 75 monedas de cerámica y tres días de búsqueda. Sin embargo les advirtió que después de lo que habían hecho en el barrio de las prostitutas que estaba bajo el ala de la casa Tomblador era cosa de tiempo antes de que dieran con su paradero y los cazaran por la transgresión que habían cometido en contra de la casa. Los aventureros de nuevo ignoraron la advertencia, dejándose llevar por la sed de venganza que era más profunda que cualquier sed del desierto.

Los dias siguientes se dedicaron al robo, usando los talentos del druida para llevar a cabo sus fechorías. Robaron algunas armas y algunos cueros , teniendo en chance la posibilidad de poder así pagar la tarifa al semi-elfo. Tarifa que había subido pues no poseían de los medios para pagarle todo lo que pedía antes de realizar el trabajo. Estaban cada vez atrayendo más atención sobre ellos, era cuestión de horas o en el mejor de los casos un par de días para que los sabuesos cayeran sobre ellos.

Luego de unos desafortunados incidentes, justo cuando iban yendo de la ciudad el halfling recibió un ataque psiónico, que de no haber sido por la pronta acción de sus compañeros habría significado ir directo a la carga contra uno de los semi-gigantes de la ciudad. La casa Tomblador los había seguido, y solo gracias a una gran cuota de suerte y velocidad pudieron huir de Balic a toda velocidad , con destino incierto, pero sabiendo muy bien que por muchas semanas , incluso meses o quizás hasta años, no podrían volver a poner pie en esta ciudad al lado del Mar de Polvo.

Thursday, January 11, 2007

Historias Alternas (Celik y el Enemigo Interno)

El Gran Terremoto. Los espíritus de Athas se estaban despertando y demandando venganza por años de abuso y destrucción. Sólo quedaba preguntarse, cuando quedarían satisfechas estas fuerzas espirituales.

En las lejanas Montañas Resonantes no permanecieron inmunes a estos hechos globales. Muy al sur, en un poblado como cualquier otro, enclavado en lo alto de una meseta al borde de los bosques celosamente guardados por los halflings, una comunidad mixta vivía el día a día. Athas los trataba bien,si es que se comparaban con las historias que habían escuchado de lejanos lugares. Al menos tenían sombra, y acceso al agua que tanto solía escasear en aquellos lontanos parajes.

Pero el terremoto lo cambió todo. Gran parte del pueblo se vino abajo, muriendo decenas de personas en un solo instante. El pueblo se partíó por la mitad, con una gran grieta que sería en algún momento del futuro el recuerdo de la catástrofe que ahí había ocurrido. Plagas empezaron a surgir de entre las nuevas grietas, y mientras algunos morían de enfermedad a causa de estas, otros pocos afortunados decidían que era la hora de migrar.

Rapidamente el poblado se transformó en una cáscara vacía. Sólo un halfling adicto a la miel de kank, y un humano que era más de lo que hacía aparentar, permanecieron en la soledad junto a otros dos pobladores que estaban reuniendo lo que pudiesen antes de emprender el viaje.

Los días eran rutinarios, sabiendo que no había futuro en permanecer allí. Las réplicas ocurrian cada cierto tiempo, y tarde o temprano llegaría otro temblor que se encargaría de hacer desaparecer lo poco que quedaba. Mientras pasaban los dias durmiendo y esperando a poder juntar el agua suficiente para poder emprender viaje, apareció un humano llegado de ningún lugar. El origen de este humano, es parte de otra historia. Lo importante, es que se conocieron, y como muchas veces ocurre en estas tierras, se unieron sabiendo que como grupo tendrían muchas más posibilidades de sobrevivir en las peligrosas zonas salvajes de Athas que cada uno yendo por su cuenta.

Una de las noches divisaron unas luces en la lejanía. Estaban cercanos a partir y llamó su atención, pero tendrían que esperar a emprender el viaje para poder ver de que se trataba todo aquello.

En la travesía por el desierto, unas pequeñas bestías los guiaron a un oasis que antes había pasado completamente desapercibido en la zona. Era una mancha de lo que quedaba de un lugar que de no haber sido por la ilusión que lo guardaba habría sido completamente destruido y arrasado hacía mucho tiempo. Su guardían: un thri-kreen que yacía en su lecho de muerte. Algo había llegado a la rica zona a profanar, y ese algo había matado al Thri-Kreen quien en un acto último se había sacrificado para absorber el la mayor parte del daño y proteger su territorio.

Las pistas eran claras, y los llevaron en cuestión de un par de horas a un campamento Belgoi. Los humanoides contaban entre sus filas con un profanador que sin lugar a dudas había sido el culpable de toda la destrucción.

Luego de una incursión rápida y de no sufrir de mayores heridas. Pudieron eliminar a la tribu, y en la huida del profanador destruir tambien a este junto a un par de criaturas que justo estaban merodeando el campamento y que últimamente habian seleccionado a los tres viajeros como su nueva presa. Luego de descansar una noche, siguieron rumbo a Celik, donde el Bárbaro y el Halfling tomaron mucho más de lo que habían tomado en toda su vida, y cayeron en un coma etílico.

2da Parte:(Mitad Viva, Mitad Muerta)

Celik es una ciudad mitad viva, mitad muerta. Fue emplazada hace unos años en medio de unas ruinas y partes de ella han sido reconstruidas, según lo que se rumorea las ruinas datarían de la Era Verde. Pocos saben lo que ello significa, pero los que lo conocen, saben que muchos años han pasado desde dicha época

Una buena parte de la ciudad ha permanecido sellada por los rumores de criaturas muertas vivientes que las habitan. Una casa mercantil rige la ciudad , y todos los habitantes de Celik trabajan para la casa de un modo u otro , y a cambio reciben hospedaje, comida y algo de monedas extras para gastar en las casas de diversión desperdigadas a lo largo de su extensión.

En medio de la noche y luego de una pelea de bar, escucharon la conversación de integrantes de la casa que conversaban sobre la necesidad de encontrar nuevas personas para una misión de exploración de las ruinas ahora que parte del grupo habia terminado en una pelea de bar bastante peligrosa. Ni corto ni perezoso el humano se acercó y se confirmó una entrevista para el día siguiente. El Thri-Kreen se encontraba perdido en algo nuevo para el, la ciudad no era su lugar, e incluso fue confundido por Trikit (un Thri – Kreen que luego de haber conversado su descripción puede haber sido el Druida que encontraron en los Oasis), lo que al final terminó en que fuera llamado a la entrevista también.

En la Mañana se les notificó que es lo que se esperaba de ellos. Marxus (el lider de parte de la guardia de la ciudad) estaba apurado pues tenian una expedición para investigar sobre las crecientes incursiones (en puntos lejanos todavía) de fuerzas de ataque desde el sur , desde las tierras Muertas. Junto a Tram (un humano gigantesco de más de 2.10 de altura, y de una mujer de pelo azabache con intrincado peinado cuyo nombre nunca supieron, se les preguntó a cada uno sobre sus talentos. Luego de sentir una ligera intrusión mental el humano fue llevado a otro lugar y ahí Marxus le reveló lo que sabian de él. Los tratos de aquella conversación terminaron entre aquellos dos.

La misión era relativamente simple: Una noche atrás uno de los guardias que guardaba una de las entradas a las ruinas había desaparecido. Habian señales de que criaturas muertas lo habían llevado a su guarida. Normalmente existían grandes paredes que separaban las ruinas de las partes nuevas de la ciudad, pero eso no impedía que hubiese un peligro latente que podía atacar en cualquier instante desde su interior. Al grupo se le dio un cristal que debían dejar en lo más profundo posible de las ruinas. Una piedra roja similar a la obsidiana, pero con apariencia más frágil. Debian adentrarse al menos una centena de metros para que fuese efectiva y si lo dejaban escondido tanto mejor. Recibirían un pago de 70 monedas de cerámica cada uno, y en la misión los acompañaría un guardia humano.

Una vez llegaron a las ruinas se encontraron con una arquitectura muy diferente. Grabados en que se notaban las incrustaciones de lo que parecia ser vegetación fosilizada y pilares que se extendían muy a lo alto. Apenas se adentraron en la parte techada de las ruinas (un edificio de largos pasillos), aparecieron varios zombies que no fueron gran problema para el grupo. Luego de la astucia del clerigo humano del Aire, decidieron que era mejor ir por el techo hasta encontrar una abertura. El Thri-Kreen, el Humano Preservador (que hacia los mayores intentos para que nadie descubriese los orígenes de su magia) , y el Clerigo junto al luchador humano, se fueron por los techos viendo las irregularidades y pasando las partes que parecian susceptibles de derrumbarse. Finalmente llegaron a un punto muerto en que no podían avanzar más. Un enorme agujero en el techo, por el que finalmente descendieron para continuar su travesía. Ya se habían ahorrado más de cuarenta metros en ese viajar de todos modos.

En la oscuridad avanzaron, hasta que sintieron una emboscada detrás de unos pilares. Unas criaturas de porte malicioso y con enormes garras que podían estirar por hasta 6 metros los sorprendieron cuando descendían . A diferencia de los zombies parecían estar dotados de inteligencia y tenian una rabia más allá de lo natural para con las criaturas vivientes. Luego de una pelea feroz que pudo haber resultado en su muerte de no haber tenido el apoyo imponente del Thri-Kreen Bárbaro, pudieron salir a salvo (pero muy mal heridos) de dicho combate. Y subieron al techo de nuevo mientras escuchaban el sonido de pasos que se aproximaban por su espalda.