La muerte acecha
Nagrand se recuperaba, poco a poco las cosas comenzaban a operar como se esperaba. Algunos se iban, otros pocos llegaban. Como de costumbre todos mantenían sus pensamientos para sí mismos.
Los rumores se levantaron cuando se anunció que habría que racionar el agua, el terremoto había cortado uno de los túneles de suministro. Era algo duro para muchos de los que vivían acá, pero sobrevivirían. Athas no era un mundo para los débiles.
Al amanecer se encontraron con un grupo de guardias del mercader supervisando uno de los túneles en los que dormían. Para sorpresa de los acusados había un barril de agua escondido en su habitación, con todo el racionamiento de agua. Las pruebas estaban ahí, y nadie se encargó de investigar más. Sin Embargo tanto Roth como el resto de los que estaban ahí sabían muy bien que eran inocentes de todo de lo que se les acusaba, pero tendrían que aceptar la sentencia, pues francamente , no les quedaba otra opción.
Roth, Morus, Atlalak y el enano clérigo de la tierra, aguardaron pacientemente encerrados en un pequeño espacio, sabiendo que alguien los había traicionado. Roth detectó un sabor extraño en su boca al despertar y supo que cierto tipo de veneno los había dejado durmiendo. A pesar de todo nadie comprendía exactamente por qué alguien se había tomado la molestia de hacer todo eso.
Cuando ya parecía que no les quedaba mucho tiempo de vida, ya que el robo del agua sobretodo en las tribus desérticas era un crimen incluso peor que el asesinato, apareció el Clérigo de Nagrand para salvarles el pellejo. Los espíritus estaban agitados por los cambios que habían ocurrido en este tiempo , y no era un buen tiempo para decidir la vida o la muerte. Sólo el Dios Sol podía decidir tales asuntos, y como tal serían dejados en las afueras del poblado, sin agua para que el Sol decidiera su destino. Si sobrevivían tres días es que eran inocentes, de lo contrario.. su culpabilidad quedaría demostrada sin dejar lugar a dudas...
Sin darse cuenta, se encontraron en las afueras del pueblo. Gracias a un momento de brillo del mul, lograron que les diesen sus armas. El sol los juzgaría de igual forma estuviesen con o sin armas. Hacía calor y solo quedaba avanzar. Roth esperaba que con su conocimiento de los alrededores dado los patrullajes frecuentes que hacía pudiese tener la ventaja...
Al principio encontraron unos túneles, pero la falta de agua estaba haciendo mella en ellos. Las criaturas agresivas que encontraron a lo largo de sus vagabundeos, terminaron por dar el toque final, y en una pelea que casi termina con la vida de todos, solo quedó el cuerpo magullado y muy mal herido del clérigo de la tierra.
El grupo tenía que tomar una decisión. El mul estaba gravemente herido y en la inconsciencia. Roth y Morus tenían que ponerse de acuerdo, aunque la mirada maliciosa de Roth dejaba entrever que poco le importaba lo que se decidiera siempre y cuando obtuviese parte de su botín: La sangre de alguno de los dos para poder sobrevivir un día más en el incesante calor.
Decidieron al azar, y fue la vida del enano la que quedó sentenciada. Una simple moneda de cerámica decidió quien iba a vivir, y quien sería sentenciado a servir de alimento para los sobrevivientes...
Al final el único que quedó capaz de caminar fue Morus... el Mul volvió a la conciencia un rato despues gracias a su gran resistencia racial.. Roth tendría que sobrevivir por obra del destino mientras Morus iba con el mul de regreso a Nagrand pasado el plazo...
A su regreso se encontraron con una caravana cargada de mineral saliendo de Nagrand, seguramente amigos de los traidores que los habían inculpado. Todo hacía sentido.. el robo de agua y todo lo que siguió había sido una distracción para seguir con un plan más maquiavélico..
Y pagaron muchos con su vida.. Luego de regresar y salvar a Roth de morir de falta de agua, observaron con detenimiento los cuerpos inertes. A Roth no le quedó ninguna duda de saber que habían sidos envenenados con su propia agua...
Había muchas cosas por descubrir...
Los rumores se levantaron cuando se anunció que habría que racionar el agua, el terremoto había cortado uno de los túneles de suministro. Era algo duro para muchos de los que vivían acá, pero sobrevivirían. Athas no era un mundo para los débiles.
Al amanecer se encontraron con un grupo de guardias del mercader supervisando uno de los túneles en los que dormían. Para sorpresa de los acusados había un barril de agua escondido en su habitación, con todo el racionamiento de agua. Las pruebas estaban ahí, y nadie se encargó de investigar más. Sin Embargo tanto Roth como el resto de los que estaban ahí sabían muy bien que eran inocentes de todo de lo que se les acusaba, pero tendrían que aceptar la sentencia, pues francamente , no les quedaba otra opción.
Roth, Morus, Atlalak y el enano clérigo de la tierra, aguardaron pacientemente encerrados en un pequeño espacio, sabiendo que alguien los había traicionado. Roth detectó un sabor extraño en su boca al despertar y supo que cierto tipo de veneno los había dejado durmiendo. A pesar de todo nadie comprendía exactamente por qué alguien se había tomado la molestia de hacer todo eso.
Cuando ya parecía que no les quedaba mucho tiempo de vida, ya que el robo del agua sobretodo en las tribus desérticas era un crimen incluso peor que el asesinato, apareció el Clérigo de Nagrand para salvarles el pellejo. Los espíritus estaban agitados por los cambios que habían ocurrido en este tiempo , y no era un buen tiempo para decidir la vida o la muerte. Sólo el Dios Sol podía decidir tales asuntos, y como tal serían dejados en las afueras del poblado, sin agua para que el Sol decidiera su destino. Si sobrevivían tres días es que eran inocentes, de lo contrario.. su culpabilidad quedaría demostrada sin dejar lugar a dudas...
Sin darse cuenta, se encontraron en las afueras del pueblo. Gracias a un momento de brillo del mul, lograron que les diesen sus armas. El sol los juzgaría de igual forma estuviesen con o sin armas. Hacía calor y solo quedaba avanzar. Roth esperaba que con su conocimiento de los alrededores dado los patrullajes frecuentes que hacía pudiese tener la ventaja...
Al principio encontraron unos túneles, pero la falta de agua estaba haciendo mella en ellos. Las criaturas agresivas que encontraron a lo largo de sus vagabundeos, terminaron por dar el toque final, y en una pelea que casi termina con la vida de todos, solo quedó el cuerpo magullado y muy mal herido del clérigo de la tierra.
El grupo tenía que tomar una decisión. El mul estaba gravemente herido y en la inconsciencia. Roth y Morus tenían que ponerse de acuerdo, aunque la mirada maliciosa de Roth dejaba entrever que poco le importaba lo que se decidiera siempre y cuando obtuviese parte de su botín: La sangre de alguno de los dos para poder sobrevivir un día más en el incesante calor.
Decidieron al azar, y fue la vida del enano la que quedó sentenciada. Una simple moneda de cerámica decidió quien iba a vivir, y quien sería sentenciado a servir de alimento para los sobrevivientes...
Al final el único que quedó capaz de caminar fue Morus... el Mul volvió a la conciencia un rato despues gracias a su gran resistencia racial.. Roth tendría que sobrevivir por obra del destino mientras Morus iba con el mul de regreso a Nagrand pasado el plazo...
A su regreso se encontraron con una caravana cargada de mineral saliendo de Nagrand, seguramente amigos de los traidores que los habían inculpado. Todo hacía sentido.. el robo de agua y todo lo que siguió había sido una distracción para seguir con un plan más maquiavélico..
Y pagaron muchos con su vida.. Luego de regresar y salvar a Roth de morir de falta de agua, observaron con detenimiento los cuerpos inertes. A Roth no le quedó ninguna duda de saber que habían sidos envenenados con su propia agua...
Había muchas cosas por descubrir...